El asentamiento de Carral tiene una superficie al menos cinco veces superior a la de los castros de la zona y durante siglos acumuló actividad y riqueza por su buena ubicación
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Objetos fabricados en Cartago y ánforas que sirvieron para transportar vino o aceite desde el sur de la Península prueban que el asentamiento de As Travesas acumuló durante siglos actividad y riqueza. La superficie del núcleo, de al menos seis hectáreas, más de cinco veces mayor que los castros de la zona, revela que, más que un "poblado fortificado", fue una pequeña ciudad, explica el director de las excavaciones, Antón Malde, y asegura que la revisión de los hallazgos revela que la excavación es una "fuente documental única"
SARA VÁZQUEZ| CARRAL As Travesas fue más que un poblado fortificado. Las últimas investigaciones apuntan a que el asentamiento carralés era una oppida, una pequeña ciudad, con gran importancia en la zona debido a su ubicación: al paso del Camino de Santiago y junto a la calzada romana llamada Vía XX. La revisión del material encontrado sitúa al hallazgo como una "fuente documental única" que cubrirá un vacío existente hasta ahora en la comarca, según el director de las excavaciones, el arqueólogo Antón Malde.
Los investigadores han contrastado en el estudio en que están inmersos, encargado por el Concello de Carral, que la urbe tenía una superficie de al menos seis hectáreas, mucho mayor que los castros al uso. El poblado de Castro Maior, en Abegondo, mide "algo más de media hectárea", y el castro de Xaz, en Oleiros, casi una hectárea, explica Malde, y asegura que As Travesas es "un caso excepcional". El arqueólogo apunta, además, que saben el tamaño mínimo pero no el máximo, y añade que la estructura y la "complejidad de diseño" lo diferencian de otros poblados de la época.
Lo que propició el desarrollo de la urbe no fue la riqueza de la tierra, sino las buenas comunicaciones. A la vía romana que tiene un enlace al asentamiento se sumaría, apunta Malde, el trazado romano sobre el cual, sostiene, se asentaría en el Medievo el Camino de Santiago. Prueba de la riqueza que alcanzó el asentamiento, señala el director de los trabajos, son los restos de objetos encontrados. Entre una colección de casi 2.000 piezas se encuentran cuentas de pasta de vidrio procedentes de Cartago y fragmentos de ánforas traídas de fuera de Galaeccia, probablemente de Andalucía, sospecha Malde. "Las ánforas serían para transportar vino o aceite", explica el arqueólogo, por lo que en la urbe "alguien tuvo el dinero para comprar ese género y pagar el transporte".
El periodo de vida de As Travesas comenzó entre los siglos IV y III antes de Cristo y finalizó entre el V o VI después de Cristo. Lo descubierto hasta ahora procede del material recabado solo en los accesos, por lo que Malde espera mucho más del asentamiento. Tras un mes y medio, los arqueólogos estudiarán dos meses más los restos.
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