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domingo, 12 de febrero de 2012

Un filón paleontológico en el Puerto de la Cadena


El municipio de Murcia ha entrado en la historia de la paleontología por la puerta grande con el hallazgo en el Puerto de la Cadena de uno de los yacimientos de fósiles y de vertebrados mejor conservados y más diversos de España. Y todo empezó de casualidad, según Gregorio Romero, el paleontólogo de la Consejería de Cultura -Murcia es, junto con Aragón, la única comunidad que tiene un paleontólogo en plantilla-, quien descubre a 'La Verdad' algunas de las maravillas encontradas durante las excavaciones previas a la construcción del 'By Pass' de El Palmar, la nueva autovía que conectará la autovía de Cartagena con la de El Palmar-Alcantarilla, a la altura del Polígono Industrial Oeste. Romero recuerda que el yacimiento del Puerto de la Cadena ha sido incluido en el Mapa Paleontológico de la Región de Murcia con la máxima protección, es decir, como Bien de Interés Cultural (BIC). Este es uno de los 140 yacimientos paleontológicos censados hasta ahora en la Región, entre los que hay otros enclaves de gran interés para los científicos como la Sierra de Quibas, en Abanilla; la Cueva Victoria, en Cartagena; la Cueva Negra, en Caravaca de la Cruz, o la Sima de las Palomas del Cabezo Gordo, en Torre Pacheco.
Precisamente uno de los atractivos de la colección permanente que se exhibirá en el futuro Museo Regional de Antropología y Evolución Humana de Torre Pacheco -las obras está previsto que concluyan para final de año, pero posiblemente hasta 2014 no se abra al público- es un gran fósil de caparazón de tortuga, procedente del yacimiento del Puerto de la Cadena, uno de los ejemplares de mayor tamaño encontrados en la Península Ibérica con más de dos metros de diámetro y más de una tonelada de peso. Este fósil de Cheirogaster Bolivari, una especie de tortuga terrestre gigante, data de hace más de seis millones de años, según los paleontólogos. En la zona se han extraído, al menos, otros dos caparazones completos.
Pero, además, en el Puerto de la Cadena han aflorado restos desarticulados -no esqueletos- de mastodontes, jiráfidos, bóvidos, macacos, caballos, cocodrilos y otros reptiles, antílopes, rinocerontes e hipopótamos. «Teníamos indicios de que podíamos encontrarnos con algo y la suerte ha sido dar directamente con el filón. Este yacimiento -celebra Gregorio Romero- viene a apoyar el paso por el Estrecho de Gibraltar de especies típicamente africanas hasta el norte de Europa. Está claro que a través de Murcia hubo un intercambio de fauna entre continentes».
Buena parte de los más de 1.400 fósiles recuperados son piezas sueltas de macrovertebrados terrestres: defensas, fémures, húmeros, vértebras, costillas, molares... Y lo interesante es que el estado de conservación del botín paleontológico es bastante aceptable. ¿Cómo es posible entonces que el Puerto de la Cadena escondiera semejante patrimonio del periodo Neógeno?
La colección se sitúa en la época del Mioceno Superior, en un intervalo de edad entre el Turoliense medio (hace aproximadamente siete millones de años) y el Plioceno inferior (cinco millones de años). Este punto del municipio formaría parte de una zona de transición marino-continental, una especie de delta donde los animales pudieron ser arrastrados por las diferentes corrientes y mezclarse con fauna marina. «Encontramos tanta diversidad porque habría pequeños torrentes de agua, depósitos fluviales que transportarían estos restos mezclados desde zonas emergidas hasta zonas marinas cercanas a la costa», apunta el paleontólogo. Estas excavaciones en el Puerto de la Cadena se iniciaron en 2008 en colaboración con el Museo de Paleontología de Elche, la Universidad de Murcia y la Asociación Cultural Paleontológica Murciana.
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