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lunes, 30 de enero de 2012

El Portichuelo arroja restos óseos de 30 neonatos aborígenes


Según las conclusiones de la primera fase de la excavación acometida en Telde por un equipo dirigido por Julio Cuencia

La excavación tiene lugar en una ladera muy erosionada (Foto Arcadio Suárez)
TELDEACTUALIDAD
Telde.- La primera fase de la excavación en el sector de El Portichuelo (Cendro) han concluido con el hallazgo de nuevos restos óseos de 30 perinatales humanos. Los arqueólogos investigan si guardan relación con una práctica de control de la población. Julio Cuenca aclara que aún es pronto para explicar el significado de estos hallazgos y apuesta por esperar a que concluya la excavación.
  
El yacimiento de El Portichuelo apuntaba maneras y no ha defraudado. El equipo de arqueólogos que coordina Julio Cuenca Sanabria ha hallado restos óseos de 30 perinatales humanos. Este descubrimiento lo hace único en Canarias. Ahora falta saber si guarda relación con el llamado Estatuto de matar niñas.
 
Ese estatuto infanticida ya se mencionaba en las crónicas de Abreu Galindo. Hace referencia a una decisión adoptada por el Sabor o Consejo de Guerra aborigen en la segunda mitad del siglo XV. ¿En qué consistió? Buscó ejercer un control sobre la natalidad mediante la práctica del infanticidio. Se trató, como explica Cuenca, de una “estrategia de supervivencia” ante “un episodio de hambruna generalizada”, que fue un producto de la guerra abierta primero con Diego de Herrera y después con las huestes de Isabel la Católica, que conquistó la isla entre 1478 y 1484.
 
Los aborígenes abandonaron las mejores tierras de cultivo y pastos y se trasladaron al interior montañoso. Los enfrentamientos armados eran continuos y no había Jugar para la crianza de los hijos ni comida para alimentarlos. Por eso hubo que controlar la población y se optó por eliminar a las niña, recién nacidas, de ahí lo de llamarlo estatuto de matar niñas.
 
Ahora Cuenca y su equipo de Propac-Arqueología, que excavaron el yacimiento de Cendro entre febrero y noviembre de 2011 por encargo de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno canario, tratan de determinar si este sorprendente hallazgo de restos óseos de perinatales humanos (perinatal quiere decir que precede o sigue inmediatamente al nacimiento) guarda relación con aquel episodio del que hablan las crónicas.
 
Hay pistas que les llevan a manejar esa hipótesis, como el hecho de que los restos se encuentren “en un contexto no doméstico ni tampoco funerario”, metidos en recipientes cerámicos junto a restos óseos de cabras y cerdos, también recién nacidos. Dicho de otra forma, su disposición parece indicar “la presencia de un ritual hasta ahora desconocido de lo que parecen ser ofrendas alimenticias junto a inhumaciones de neonatos”.
 
En todo caso, el arqueólogo Cuenca aclara que aún es pronto para explicar el significado de estos hallazgos y apuesta por esperar a que concluya la excavación. Lo cierto es que hay dos datos que pueden ser cruciales para corroborar la hipótesis de Cuenca, los análisis de carbono 14, que aportarán fechas para encuadrar el momento de las inhumaciones, y el sexo de los restos óseos de perinatales mediante el análisis del ADN mitocondrial y nuclear de las muestras. Hasta ahora se ha intentado con cuatro fémures, pero no ha habido suerte. La cantidad de ADN encontrada es muy baja. Este estudio lo realizan los doctores José Pestano y Rosa Fregel, ambos del Servicio de Genética Forense de la ULPGC.
 
En este proyecto están implicados el Gobierno canario, el Cabildo y el Ayuntamiento de Telde. La idea es continuar con los trabajos en el sector K-15, pero también se aplicarán medidas de protección del yacimiento.
 
Ladera erosionada
Nadie diría que un yacimiento como el de El Portichuelo pueda albergar tantas respuestas. Ni siquiera parece un yacimiento por su mal estado de conservación, al filo de una ladera a pique de derrumbes. Pero ya se sabía de su importancia desde 1983, cuando también Cuenca, que entonces era conservador-jefe del Museo Canario, dio con un hallazgo entonces sin precedentes: los primeros restos óseos humanos de neonatos asociados a restos alimenticios. En 2000 un estudio encargado por el Cabildo alertó de que la erosión podía acabar con tan valioso enclave. Se propusieron medidas de urgencia, pero no se ejecutaron. Doce años después, el Gobierno, que es el dueño de la parcela, reactivó el proyecto y encargó a Cuenca unos sondeos previos. Lo que hallaron obligó a una excavación de urgencia que, por ahora, ha dado con 30 neonatos en el umbral de una cueva artificial que parece atiborrada de más restos.
Un valioso enclave en una ladera afectada por la erosión
 
¿Ritual infanticida?
La relevancia de los hallazgos en El Portichuelo lo convierten en uno de los más importantes yacimientos del Archipiélago canario. Arriba, restos tal y como aparecieron de uno de los neonatos, en posición lateral y flexionada. Debajo, recipiente de cerámica con restos óseos asociados, equipo de arqueólogos en plena tarea de clasificación y análisis de los materiales extraídos y reconstrucción del esqueleto de uno de los perinatales. 
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