Este fin de semana fueron hallados en Vallemí los restos fósiles de un oso perezoso gigante, un animal que existió hace decenas de miles de años.
Representación artística de un ejemplar de Catonyx cuvieri. / fumdham.org.br
Los restos hallados en Vallemí por el paleontólogo Víctor Filippi pertenecen a un ejemplar de la especie Cantonyx cuvieri, un imponente mamífero que habría aparecido hace unos 300.000 años y se habría extinguido hace 10.000 años, en las últimas instancias del período Pleistoceno.
Armado con poderosas garras de importante tamaño -medidas en alrededor de 50 centímetros de largo-, el Cantonyx cuvieri promedio pesaba entre 500 y 700 kilogramos, y era protegido no sólo por su espeso pelaje, sino también por una piel reforzada con pequeños huesos dérmicos.
Como los demás miembros de la familia Mylodontidae, el animal era de movimiento lento, y se llegó a especular -en base a hallazgos de restos en cuevas que habrían sido ocupadas por humanos- que especímenes de esa familia fueron utilizados como animales de cría y consumo, aunque eso ha sido desmentido en base a pruebas de datación de radiocarbono.
El animal es endémico de Sudamérica -sólo habitó en esta región- y hasta ahora restos fósiles de la especie habían sido hallados sólo en Brasil.
La mayoría de los hallazgos en el vecino país se realizaron cerca de la costa atlántica, concretamente en los estados de Bahía, Mato Grosso y Sao Paulo. El hallazgo en Brasil más cercano a territorio paraguayo fue en Bonito, Mato Grosso del Sur.
Su nombre es un homenaje al científico francés Georges Cuvier -fallecido en 1832-, considerado el fundador de la paleontología como una disciplina científica.
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